La principal característica del Barroco es la aparición del bajo continuo (acordes cifrados en la voz grave). El bajo continuo es una línea de graves que se interpreta de manera ininterrumpida desde el inicio hasta el final de la canción. La melodía principal es acompañada por esas sencillas notas del bajo, pero el intérprete puede improvisar sobre las mismas (manteniendo su estructura), creando un relleno armónico que va cambiando durante toda la obra. La voz del bajo continuo está usualmente escrita para teclado, dado que casi todo el acompañamiento en la música barroca era con órgano o clavecín.
En el Barroco se establecen los conceptos de tonalidad, tal y como lo conocemos hoy, y de ritmo. Se formulan tratados de armonía en los que se establecen unas estrictas normas sobre las tonalidades y la formación de acordes. Además, a lo largo del siglo XVII se generaliza la escritura de la música utilizando compases, así la música quedaba medida por completo.
Se desecha la polifonía Renacentista para dar lugar a la homofonía. Todo gira en torno a la melodía principal acompañada por acordes para que fuera “entendible” el texto.
Predomina un estilo armónico: sentido vertical en la música, en el que es más importante la armonía que la melodía.
En esta época nace el estilo concertato, el cual surgió de alternar las voces con los instrumentos sin orden determinado. Se busca el contraste y se alternan coros, solistas, maderas y cuerdas; esto da elegancia a las obras, característica que se refleja también en las artes plásticas del Barroco.
Otras características que corresponden al Barroco:
- El Barroco se inicia con el nacimiento de la ópera.
- La música profana prevalece sobre la religiosa.
- La música instrumental tiene la misma importancia que la música vocal.
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